La desigualdad salarial como causa de la “fuga de talentos” de la industria audiovisual australiana

Hace un año, Writers & Directors Worldwide se comprometió a ayudar a nuestros colegas los creadores audiovisuales australianos en su lucha por lograr una remuneración equitativa. Este problema se había agravado en meses anteriores ya que Screenrights, una organización encargada de la administración de una serie de licencias legales, adoptó una nueva política que socavó el derecho de los directores y guionistas locales y extranjeros a recibir el pago de regalías por derechos de autor.

Como consecuencia de este tipo de desigualdades, los guionistas se ven forzados a buscar trabajo en el extranjero o incluso, en muchos casos, a abandonar por completo la profesión. Para explicar las consecuencias reales que esto tiene en la realización local de películas,  Kingston Anderson, Director General del Australian Directors Guild y de la Australian Screen Directors Authorship Collection Society, ha escrito un artículo que reproducimos a continuación en español con su autorización..


Justo en un momento en el que películas como Lion y series de televisión como Rake, The Kettering Incident, Top of the Lake y Cleverman destacan a nivel mundial,  la industria cinematográfica australiana corre el riesgo de perder uno de nuestros mayores activos– los directores.

Cada vez hay más directores de cine y televisión australianos que se marchan a Hollywood, algunos con la idea de no volver jamás. Mientras que su talento es aclamado en todo el mundo, aquí, en su tierra natal, nuestros directores luchan por ganarse el respeto y por recibir la remuneración que se merecen.

A finales del año pasado se reveló que la productora de televisión detrás del remake de la emblemática película australiana Picnic at Hanging, había decidido contratar a un director canadiense para la serie. Cuando el Australian Directors Guild (ADG) cuestionó a la productora sobre las razones de esta decisión, los productores explicaron que no habían podido encontrar  a un candidato australiano adecuado. Este revés a nuestros directores locales, con amplia experiencia y prestigio a nivel internacional, fue la gota que colmó el vaso para muchos miembros del ADG, ya que puso de manifiesto el desdén y la falta de respeto que muestran las compañías de producción locales hacia los directores de series de televisión australianos.

Las remuneraciones de los directores australianos se han estancado en los últimos 10 años. Nuestros directores están abandonando el sector o dejando el país – sencillamente no pueden permitirse trabajar en programas locales. El ADG sabe que hay series de televisión donde ¡se ha pagado más al director de fotografía que al director! Recientemente, el eminente productor de televisión, John Edwards, lamentó la desaparición de las series de televisión de gran formato debido a los costes cada vez mayores, excepto en un ámbito - la dirección. El hecho de que mencionara específicamente que los directores son los únicos que no se han beneficiado de un aumento de su remuneración habla por sí solo.

Los directores australianos han luchado durante años para obtener un pequeño porcentaje de regalías por derechos de autor, o derechos residuales, como suelen hacer en EE.UU. Mientras que los actores, guionistas y compositores obtienen una parte con las redifusiones de programas,  los directores no. Se suponía que la modificación de 2006 a la Ley sobre el derecho de autor proporcionaría a un director una pequeña regalía que reconocería sus derechos de autor en una película. Sin embargo, este acuerdo rara vez se cumple, los derechos se ceden y los directores se quedan sin nada, incluso cuando su obra se convierte en un éxito internacional y se vuelve a emitir con frecuencia.

Esta injusticia afecta a la esencia de la campaña de Respeto, Derechos y Remuneración que los directores australianos han puesto en marcha. Aunque nuestros directores que trabajan en otras partes del mundo son reconocidos y recompensados, muchos se sienten decepcionados por la actitud que muestran hacia su trabajo las empresas de producción y los productores australianos. La falta de respeto mostrada hacia los directores australianos al elegir a un director no australiano para Picnic en Hanging Rock pone de manifiesto una actitud preocupante entre algunos productores. Los directores de televisión no son “simples miembros del equipo”- su visión creativa y su realización son fundamentales para el éxito o no de la serie.

El aumento de la calidad de la televisión en todo el mundo impulsado por cadenas como HBO y Netflix ha causado un éxodo de los directores de cine a la pequeña pantalla. Esto ha ocurrido sobre todo en Estados Unidos, pero  algunos ejemplos recientes como el hecho de que Rowan Woods y Tony Krawitz dirijan The Kettering Incident, Rachel Ward dirija Devil’s Playground  para Foxtel y el trabajo de Robert Connolly en Barracuda para ABC reflejan los cambios que se están produciendo aquí en Australia, cuando la visión de un director es primordial para crear una televisión de gama alta que atraiga a esa audiencia elusiva. La importancia del director de televisión está reconocida en todo el mundo - y por esa razón muchos de nuestros talentosos directores han dejado estos lares. Estos trabajan en Reino Unido o en Estados Unidos donde son muy valorados y se les paga bien - y donde reciben regalías por derechos de autor si sus programas tienen éxito.

El ADG no pide  que los niveles de retribución coincidan con los de nuestros primos estadounidenses y británicos, pero esperamos unas remuneraciones que reflejen el gran incremento de los presupuestos de producción televisiva. También podemos ver producciones extranjeras rodadas aquí utilizando a directores australianos y directores extranjeros; las remuneraciones que reciben unos y otros por hacer el mismo trabajo son muy diferentes. En una reciente serie de televisión grabada en Melbourne, se pagó más del triple al director extranjero de lo que se pagó a los directores australianos. Si la serie tiene éxito, el director extranjero recibirá además derechos residuales, pero los australianos no.

Cabe preguntarse: ¿qué podemos hacer con estas desigualdades?

Durante los últimos dos años, el ADG ha estado negociando un acuerdo histórico para los directores con Screen Producers Australia (SPA). A menos que se llegue a un acuerdo, seguiremos perdiendo a los mejores y los más brillantes de nuestro sector. Y en un ámbito donde la competencia por el público es realmente global, esta fuga de talentos creativos situará a la industria de producción de televisión australiana en clara desventaja. Habremos perdido una de nuestras mejores tarjetas de visita.

Un productor me preguntó hace poco por qué no podía hacer que volviera uno de nuestros directores de Estados Unidos para dirigir su nueva serie. Le pregunté: "¿Vas a pagarle lo mismo que siempre?". Su respuesta fue: "Sí". Entonces, “¿por qué volvería?”, respondí.

Por Kingston Anderson

Director General del Australian Directors Guild y de la Australian Screen Directors Authorship Collection Society