Gestión del derecho de autor – El principal reto de las sociedades de autores en América Latina

Esta semana, Writers & Directors Worldwide hizo que se escuchara nuevamente la voz de los creadores en la escena internacional con el discurso pronunciado por su Presidente, Yves Nilly, con motivo de la  “Conferencia Internacional sobre el derecho de autor y la gestión colectiva”, organizada en Buenos Aires por la CISAC, ARGENTORES, SADAIC y DAC, con el patrocinio de AASAI. Nilly estuvo acompañado de 150 autores y representantes de sociedades de autores, difusores, proveedores de servicios y editores de música de todo el mundo. Cabe destacar la presencia del Dr. Ricardo Forster, Secretario de Estado del Gobierno de Argentina; Gadi Oron, Director General de la CISAC; Miguel Angel Diani, Presidente de ARGENTORES; Victor Yunes Castillo, Presidente de SADAIC y Carlos Galettini, Presidente de DAC. El tema central de la conferencia fue la necesidad de reforzar la gestión colectiva de derechos audiovisuales en la región. A continuación se expone el discurso completo de Yves Nilly:
En los últimos meses, los autores audiovisuales y sus sociedades de gestión colectiva en América Latina y el Caribe han realizado importantes logros. En unos minutos les informarán con más detalle al respecto, de modo que seré breve. No obstante, un hecho especialmente destacado para mí fue la creación de ADAL, la Alianza de Directores Audiovisuales Latinoamericanos. Con el gran apoyo y la coordinación de la DAC en Argentina, ADAL es la primera alianza regional de directores de México, Chile, Argentina, Colombia y muy pronto, Brasil también. Ésta se creó para favorecer el desarrollo de asociaciones de gestión colectiva locales en el sector audiovisual y en colaboración con la CISAC, sus acciones en distintos países han cosechado muchos éxitos.   Evidentemente, hoy les hablo como creador, pero también como presidente de Writers & Directors Worldwide. Esta organización marco se dedica a apoyar nuestros derechos, es un observador oficial en el seno del Comité Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos de la OMPI en Ginebra, y básicamente, está formada completamente por otros creadores como nosotros.   Los problemas que afrontan nuestros colegas en América Latina y el Caribe se reflejan en todo el mundo. Los directores y guionistas de Asia-Pacífico, África y Europa, además de los legisladores y el público en general observan estas modificaciones en la legislación sobre derecho de autor y propiedad intelectual con gran interés y optimismo.   Hace poco, un grupo de directores de cine europeos reunidos en Roma emitieron una declaración que explicaba cómo nuestras obras, ya sean películas para el cine o la televisión, existen como una forma de “esperanza”. Éstas ayudan a reforzar nuestras identidades nacionales, promueven la cultura, la diversidad y el crecimiento económico. Y, por supuesto, a la vez que nos entretienen, también estimulan la comprensión y la empatía en nuestras comunidades.   No obstante, a pesar de estas contribuciones, el incentivo básico para la creación audiovisual se ve amenazado y necesita más que nunca unas medidas firmes y unas normativas actualizadas que la protejan. Debemos mejorar la circulación de obras nacionales, proteger la existencia de salas de cine que unan a la gente y desarrollar, en el centro de la industria, unas sólidas plataformas digitales legales que repartan su valor de forma equitativa entre todas las partes interesadas y los creadores. Los nuevos actores globales deben convertirse en nuestros aliados dentro de un sistema sostenible que actúe para producir, distribuir y reinvertir en nuestras obras protegiendo la remuneración justa de los autores. Hoy en día, esta cuestión es más urgente que nunca ya que los servicios de Internet difunden cada vez más contenidos audiovisuales, destinados a más gente y a través de unos dispositivos más numerosos. Sin embargo, los creadores, que son generalmente la parte más débil en la negociación de un contrato, a menudo se ven privados de acceso a los ingresos de este mercado digital en constante crecimiento.   En nuestra última reunión anual general, celebrada a unos 7000 kilómetros al norte de aquí, Writers & Directors Worldwide lanzó un claro llamamiento a la acción a través del Manifiesto de México.   En este documento detallamos las contribuciones culturales y económicas de los creadores audiovisuales e incitamos claramente a los responsables políticos a solucionar las cuestiones que limitan su acción. Hemos apelado a los gobiernos nacionales y a los legisladores a adoptar una ley sobre el derecho de autor que garantice a los guionistas y directores un derecho irrenunciable a una remuneración que sea imperativamente negociado con los usuarios de estas obras y administrado de forma colectiva.   En nuestra opinión, éste es el reto más difícil al que nos enfrentamos actualmente en todas las regiones del mundo. Y sin embargo, las sorprendentes respuestas que hemos recibido a raíz de nuestras campañas, procedentes de los gobiernos de Argentina, Chile o Colombia, ponen de relieve que América Latina puede sentar precedentes. Exigiendo que los contratos garanticen una remuneración proporcional en forma de derechos más que un pago único, o una remuneración equitativa por cada modo de explotación de la obra, esta región en rápido desarrollo puede servir de ejemplo al resto del mundo.   Los gobiernos de estos países reconocen que los directores y guionistas deben ser considerados como autores de su obra y, por consiguiente, recibir una remuneración equitativa. Es el firme mensaje que queremos transmitir a todos nuestros colegas del mundo que libran batallas similares con los legisladores de sus respectivos países.   Para ilustrar la magnitud del reto al que Europa debe hacer frente actualmente, aquí tienen una estadística sorprendente aunque algo deprimente. De los 122.000 millones de euros de ingresos generados por el sector audiovisual europeo el año pasado, menos de un 0,5% fue repartido a los guionistas y directores. Esto no sólo no es nada equitativo... es completamente insostenible.   Escribir o realizar una película puede llevar años y es un trabajo a tiempo completo. Además, una gran proporción de este trabajo no está remunerada. Mientras que el público está familiarizado con un puñado de directores “súper” famosos, la realidad es que la mayoría de nosotros no somos ricos y dependemos de los derechos para transitar entre los períodos de remuneración y de ausencia de remuneración, que son inevitables en toda industria creativa. ¿Y qué me decís de los jóvenes autores que se inician en la profesión? Necesitan un entorno que les anime a desarrollarse, a trabajar en su propio ámbito y cultura y a contar su propia historia.   Gracias a vuestros esfuerzos, las cosas están cambiando. Nosotros, los autores independientes, necesitamos un sistema internacional equitativo y transparente en el que el distribuidor final de una obra audiovisual, ya sea una cadena de televisión o un sitio web de vídeo a la carta (VOD), sea considerado por ley responsable para pagar una remuneración a los autores; remuneración que será recaudada y repartida por sus OGC:   Todos somos muy afortunados por ejercer una profesión maravillosa que nos apasiona. Formamos parte de una industria increíblemente próspera e innovadora de la que cada país puede sentirse orgulloso. Y el panorama cultural que formamos es aplaudido en todo el mundo. Pero el mundo también debe acordarse de los autores. Sin autores no hay obra y por tanto, no hay espectadores.   Yves Nilly - Chair, Writers & Directors Worldwide

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